Edgardo Quintero

Una biografía meditada del Maestro Edgardo Quintero

Por Lili Mendoza 

En el imaginario nacional, la música de Edgardo Quintero es sinónimo del orgullo identitario de Panamá. La impronta de sus composiciones es uno de los tantos legados que este singular músico hereda a generaciones de músicos panameños de diversos géneros.  La XVI edición del Festival de Música Alfredo de Saint Malo celebra la vida y obra del Maestro en las voces e interpretaciones de reconocidos músicos que comparten y reconocen en ellas su invaluable contribución al canon musical de la Nación. 

Una biografía justa y digna de su quehacer, que permita mejor apreciar y valorar su contribución a la Cultura de la Nación no debe ceñirse al simple registro de los hitos de vida y logros profesionales de Edgardo Quintero—abundantes cual son. La importancia de su obra debe valorarse desde una perspectiva patrimonial, al identificarse en ella elementos identitarios y de transmisión generacional que coadyuvan la conservación de diversas manifestaciones culturales asociadas a la identidad panameña. 

Las composiciones de Quintero—sin exageración alguna—son de inmediato reconocimiento por las gentes del país y, en la memoria nacional, están vinculadas a lo nuestro. Esta apropiación de su obra por las gentes del país no es fortuita, si no evidencia de su relevancia patrimonial. La generalización del reconocimiento y uso de sus composiciones—desde producciones artísticas formales hasta representaciones escolares—son otra evidencia del profundo arraigo de la obra de Edgardo Quintero en el imaginario nacional. Y el imaginario está complementado, además, por imágenes y experiencias compartidas de una época claramente distinguible de la historia nacional. 

Coincide su obra con el momento histórico de replanteamiento político de la identidad panameña durante la gesta de recobro del Canal de Panamá (1970s). En esa década se creó el Museo del Hombre Panameño y el Instituto Nacional de Cultura, dos de las muchas acciones gubernamentales de este período histórico que resultaron del reconocimiento de la Cultura como pilar del constructo Soberanía. Una de las imágenes de nuestra memoria compartida es la portada de la grabación de Dos Noches y Una Madrugada (LP), sobre la cual generaciones de panameños han investido nostalgias de un pasado colectivo y sentimientos de pertenencia. El legado patrimonial de Edgardo Quintero no se limita a la composición; de su generoso tutelaje y docencia musical emanan claras influencias técnicas y estilísticas que hoy se identifican en las obras e interpretaciones de un nutrido número de músicos y compositores. 

 

Portada y contraportada del álbum Dos Noches y Una Madrugada. Edgardo Quintero y la Orquesta Sinfónica Nacional de Panamá (Panavox, vinilo).

 

La amplitud de la contribución del maestro Edgardo Quintero a la Cultura de la Nación es también manifiesta en la interpretación, transmisión y conservación de nuestras danzas folklóricas. En el transcurso de décadas, sus composiciones han sido transformadas por las gentes en una suerte de banda sonora cuyas notas son el trasfondo de un país que aprendió—desde una infancia temprana—el repertorio de danzas que nos son comunes y hoy identificamos como manifestaciones de nuestra nacionalidad. Compuso además, para orquesta sinfónica, el ballet Victoriano y composiciones clásicas como La Fuga Escolástica para cuarteto de cuerdas, y Lamento y Cumbia para oboe y cuarteto de cuerdas, obras ambas que han inspirado coreografías de nuestro repertorio de ballet clásico y contemporáneo. 

No son estas las únicas herencias que aporta Edgardo Quintero a la Cultura Nacional. Son apenas dos meditaciones—someras—de la urgencia de reconocer y agradecerle en nombre de la Patria, mientras está aún con nosotros, el universo sonoro que nos recuerda la pertenencia al territorio, el sitial de nuestros cuerpos como repositorios vivos de la Cultura Nacional y nuestra identidad hermanada en el profundo orgullo de ser panameños. 

 

Un registro de obra e instrucción del Maestro Edgardo Quintero

Edgardo Quintero Arjona nació en Panamá el 18 de febrero de 1938. Su educación musical inició a edad muy temprana en el Instituto Nacional de Música, a la par que realizaba sus estudios escolares. 

Siendo un alumno destacado, ingresó a la Escuela de Composición del Conservatorio Santa Cecilia (Roma, Italia) en 1958. Su educación formal en composición clásica es parte instrumental de su legado patrimonial a la Cultura Nacional.  A su retorno a Panamá en 1962, recibió instrucción formal del Maestro Roque Cordero. Quintero continuó su educación formal en Música, obteniendo el diploma de Educación Musical en 1965. 

Sobre su magistral dominio de la composición, apuntaló una prolífera carrera de incursiones en diversos géneros musicales. Desde la música popular—y su industria de comercialización publicitaria—hasta la música erudita, infantil y folklórica. Fue ganador, además, de los concursos de composición de los himnos de colegios nacionales como el Instituto América, Instituto Sun Yat Sen y el Colegio Rafael Quintero Villarreal. Cientos de miles de docentes y estudiantes panameños han interpretado y recuerdan con orgullo estas composiciones como parte de su memoria de infancia y juventud. 

Con el auspicio de Asociación de Mujeres Universitarias de Panamá, publicó una de sus obras más bienamadas: Dos Noches y Una Madrugada. El álbum de vinilo—resultado de una gestión cultural multidisciplinaria—permanece en la memoria nacional como símbolo de una década. Su obra La Tepesa y Las Lavanderas fue grabada con el auspicio de la Asociación Cívica de Santeños Residentes en San Miguelito. Ambas grabaciones fueron gestionadas por el insigne folklorista Edgardo De León Madariaga. Las dos grabaciones recopilan melodías folklóricas de diversos compositores vernaculares, para las cuales el Maestro Quintero realizó la orquestación sinfónica de cada una.  Ambas grabaciones incluyeron composiciones originales de Edgardo Quintero como el Punto Santa Librada, Valdivieso, Cajita de Música, Vals Alessandra y Punto Edgardo De León

Entre las obras de música erudita del Maestro Edgardo Quintero destacan las composiciones para orquesta sinfónica del ballet Victoriano, La Fuga Escolástica para cuarteto de cuerdas y Lamento y Cumbia para oboe y cuarteto de cuerdas. 

En el campo de la música infantil triunfó en dos ocasiones en el certamen “Panamá, esta es tu canción”.  Ha obtenido también posiciones prominentes en festivales de la canción, habiendo dirigido la Orquesta en el Festival OTI en Valencia, España en 1993, en el cual representó a Panamá el talentoso cantante Tony Cheng. 

En la música popular acompañó junto a su orquesta a cantantes nacionales y extranjeros entre ellos: Vicentico Valdés, Marco Antonio Muñiz, Olguita Guillot, Pete “El Conde” Rodríguez, Marcela Troetsch, Maritza Vargas, Roger Barés. En el ámbito docente, dictó la cátedra de Teoría, Solfeo y Dictado Musical en el Instituto Nacional de Música (Conservatorio), profesor de Educación Musical en diferentes colegios secundarios y fue asesor del grupo musical Los Juglares en el Departamento de Expresiones Artísticas de la Universidad de Panamá. Fue presidente de la Sociedad Panameña de Autores y Compositores (SPAC).

En 2003, Edgardo Quintero fue declarado Hijo Meritorio del Distrito de Panamá por el Consejo Municipal. En 2022, el Maestro Quintero es el sujeto de un documental biográfico escrito y dirigido por el cineasta panameño Jorge Martínez, a estrenarse en la XVI edición del Festival de Música Alfredo de Saint Malo (ASM). El Festival ASM, a celebrarse en Panamá en junio de 2022, está dedicado al reconocimiento de la vida y legado del Maestro Quintero. 

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